Se encontró caminando por una extensa capa de neblina como si estuviera en el mismo cielo rodeado de grandes nubes. Su mente estaba perdida, pero movía como si ya supiera en donde se encontrara, aun sabiendo que detrás de todo ese blanco paisaje no se encontraba nada. La verdad es que no estaba seguro siquiera si es que tenía un cuerpo solidó o simplemente era su mente la que divagaba. Entonces oyó una voz. – Ven, acércate. – él buscó de donde provenía por instinto, pero estaba seguro que venia de su propia cabeza. Entonces avanzó para que el escenario en donde se encontraba cambiara súbitamente como si fuera algo normal. Ahora se encontrara en un gran pastizal con un cielo soleado, su cuerpo tenia la forma de siempre, totalmente sólida bañada con la luz del sol. Entonces vio aquella silueta en frente de él a unos pocos metros, o a lo mejor eran kilómetros, pero fuera la distancia que fuera en solo un pestañeo estaba en frente de aquella figura que lo miraba fijamente. Era el cuerpo de una bella mujer, si estaba desnuda o no era algo que no podía asegurar, tampoco sobre su color de piel, las imágenes que intentaba guardar en su mente se borraran apenas intentaba recordarlas. Solo podía sentir la suave piel de aquella joven, mas baja que él, ya que debía inclinar la mirada, para poder penetrar en esos bellos ojos, y acariciar su dulce piel con los dedos como si todos sus sentidos estuvieran envueltos en aquel toque. ¿Cuánto tiempo estuvo observando?, ¿horas? O ¿días?, lo que fuera solo duro un instante antes de poder articular una palabra.
-¿Quién eres?- preguntó
- sabes exactamente quien soy, y aun así me haces la misma pregunta siempre que nos vemos- contesto ella amablemente.
Él simplemente se embriago en su dulce voz, intentó recordar cada palabra que le había dicho, pero le era imposible, a si que debía volver a preguntar para escuchar aquella hermosa melodía.
- Siento que es la primera vez que nos vemos- dijo esperando a escuchar su voz dijera lo que dijera.
- Siempre tan olvidadizo, me vez todas las noches y aun a si no eres capaz de guardar un solo recuerdo mío. ¿Es que aun estamos tan lejos de poder encontrarnos?, sabes que te estoy esperando. ¿Me has buscado bien?-
Entonces el comprendió quien era esa silueta, era el amor de su vida, aquel que aun esta allí afuera esperando su encuentro, algo que podría no darse nunca, pero que él no iba a descansar hasta que sucediera.
- ahora ya recuerdas, cierto- dijo con esa hermosa voz que hacia estremecer todo a su alrededor.
- si, se exactamente quien eres, se que aun me esperas tanto como yo te espero a ti.-
- me agrada escuchar eso, pero lamentablemente yo es hora de partir, espero no tener que volver a aparecer así, pero hasta que no me encuentres te seguiré recordando que allí estoy, te estoy esperando, a si que ahora ve y búscame.- con esas palabras ella desapareció, todo desapareció.
Eran las siete de la mañana, como cualquier día un joven se levantaba apurado a clases, siempre con una extraña sensación en el cuerpo, solo recordaba vagos sueños bizarros de la noche, nada con mucha importancia. Hoy podía ser el día del encuentro, talvez su alma dejaría de buscar, quien sabe.
Mientras que en otra parte del mundo, a una distancia mucho mas corta o larga de lo que se podría llegar uno a imaginar se encontraba una bella dama bebiendo su café de la mañana pensando si es que ya es hora de que deje de aparecerme en sus sueños y simplemente vaya a buscarlo.
-¿Quién eres?- preguntó
- sabes exactamente quien soy, y aun así me haces la misma pregunta siempre que nos vemos- contesto ella amablemente.
Él simplemente se embriago en su dulce voz, intentó recordar cada palabra que le había dicho, pero le era imposible, a si que debía volver a preguntar para escuchar aquella hermosa melodía.
- Siento que es la primera vez que nos vemos- dijo esperando a escuchar su voz dijera lo que dijera.
- Siempre tan olvidadizo, me vez todas las noches y aun a si no eres capaz de guardar un solo recuerdo mío. ¿Es que aun estamos tan lejos de poder encontrarnos?, sabes que te estoy esperando. ¿Me has buscado bien?-
Entonces el comprendió quien era esa silueta, era el amor de su vida, aquel que aun esta allí afuera esperando su encuentro, algo que podría no darse nunca, pero que él no iba a descansar hasta que sucediera.
- ahora ya recuerdas, cierto- dijo con esa hermosa voz que hacia estremecer todo a su alrededor.
- si, se exactamente quien eres, se que aun me esperas tanto como yo te espero a ti.-
- me agrada escuchar eso, pero lamentablemente yo es hora de partir, espero no tener que volver a aparecer así, pero hasta que no me encuentres te seguiré recordando que allí estoy, te estoy esperando, a si que ahora ve y búscame.- con esas palabras ella desapareció, todo desapareció.
Eran las siete de la mañana, como cualquier día un joven se levantaba apurado a clases, siempre con una extraña sensación en el cuerpo, solo recordaba vagos sueños bizarros de la noche, nada con mucha importancia. Hoy podía ser el día del encuentro, talvez su alma dejaría de buscar, quien sabe.
Mientras que en otra parte del mundo, a una distancia mucho mas corta o larga de lo que se podría llegar uno a imaginar se encontraba una bella dama bebiendo su café de la mañana pensando si es que ya es hora de que deje de aparecerme en sus sueños y simplemente vaya a buscarlo.
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