Reflejo antes de la muerte (3ª parte)

Lan observaba tranquilamente como aquel hombre parado sin moverse esperaba. Fue en ese momento cuando de la cascada se alzo una enorme criatura con la boca abierta mostrando sus enormes dientes. Aquella criatura poseía dos bigotes en los cuales tenia los ojos, y una gran cuerpo de pez con aletas en forma de alas. La criatura se tragó al joven, el cual no alcanzó a darse cuenta de nada.
Todo estaba oscuro, no sabía donde se encontraba. El piso estaba mojado y viscoso, sentía un extraño olor.
Comenzó a caminar sin saber hacia donde se dirigía. Aquella oscuridad lo aterraba. Fue cuando la luz encontró sus ojos, la cual provenía de un pequeño agujero a lo lejos. Se acerco lo más rápido que pudo. Una vez que se encontraba frente a él, comenzó a crecer, se hizo cada vez más grande hasta convertirse en una entrada. Sus ojos no lo podían creer al ver la enorme sala que aparecía frente a ellos. En ella había con un pasillo que daba a un altar, todo rodeado por un líquido verde, las paredes estaban cubiertas completamente de huesos. Comenzó a caminar lentamente hacia el altar. Podía ver una gran silla y a una persona sentada en ella, atrás dos grandes estatuas de criaturas que parecían el mismo demonio.
Una vez que estuvo mas cerca, vio a aquella persona. Era un viejo con venda en los ojos llevaba solo una túnica negra, y su pelo caía por su espalda como una gran cola blanca hasta sus pies, tenia los pies flexionados y las manos en las rodillas, como si estuviera meditando.
No se atrevía a decir ninguna palabra. Estaba esperando que el viejo hablara primero y así fue.
- ¿que haces aquí?
- Bueno yo quiero que me diga... – el hombre estaba inseguro – lo que quiero es que me diga como…
- Calla, tú, criatura no mereces nada más que la muerte.
En ese momento de la mano del viejo salió una extraña criatura con forma de serpiente la cual iba directo hacia la cara del joven, pero se detuvo a unos centímetros de su cara. El hombre no alcanzo a ver nada, la criatura apareció repentinamente frente sus ojos. El ser tenia cuerpo de serpiente y unos pequeños dientes que cubrían toda su boca. Estaba ahí quieta frente al hombre, cuando de su boca apareció un gran ojo que comenzó a examinarlo desde todos lados.
Estaba realmente incomodo mientras el ser lo observaba. Pero más le llamaba la atención lo que el viejo decía.
- Con que eres tú – decía el viejo mientras la serpiente volvía a su mano y desaparecía.
- ¿Que quieres decir con eso? – le preguntaba el hombre.
- Con que ya no recuerdas nada, es lo que esperaba de todos modos. Aunque nunca pensé que volverías, creí que ya nos habías abandonado.
- No me interesa saber de que estas hablando, solo quiero que me digas como salir de este lugar.
- Con que quieres salir, y ¿exactamente para que quieres salir de este lugar?
- Solo quiero volver a mi vida, estar tranquilo con mi esposa y mi hija.
- Jajajaja… - reía el viejo de forma irónica.
- Que te es tan gracioso, ¡maldición!
- Que acaso eres un estúpido, no creo que hallas estado mucho tiempo acá como para empezar a imaginar cosas.
- De que estas hablando yo no e imaginado nada.
- Estás seguro de aquello, acaso me das a decir que tu vida existe. Vamos si ni siquiera recuerdas como te llamas, o si. Porqué no me dices tu nombre, si es que puedes.
El hombre esta aterrado no podía creer lo que escuchaba, pero su verdadero miedo nacía del hecho que no sabía como se llamaba, no sabía su nombre, ni el de su esposa, tampoco el de su hija. Se dio cuenta que realmente no recordaba nada de su vida.
La noticia lo destruyo, cayó al suelo sin poder soportar más. Quien era realmente, se preguntaba, y que hacia en ese maldito lugar.
- Tranquilo, ya entenderás todo a su tiempo.
- Como quieres que este tranquilo, ni siquiera se mi nombre.
- Vamos, no es tan importante, ya lo recordaras. Ahora hay algo más que tú debes hacer. Volver a tu mundo.
- ¿Cómo?, pero si eso e querido desde que llegué aquí. Aunque ya no se si realmente me importe o no irme de este lugar.
- No seas estúpido, no te sentirás mal por lo que acabas de saber, como puedes estar tan seguro, si no sabes como es tu vida. ¿Cómo sabes si realmente no hay alguien esperándote?
- Si, tal vez tienes razón – respondía sin ninguna motivación.
- Es hora de que me escuches y quites esa cara. Esto es serio, y tú eres la única persona que puede hacer esto.
- Pero de que hablas, ¿Qué tengo que hacer?
- Solo calla y escucha. Lo mejor para ti es saber lo menos posible sobre tu pasado en este lugar, eso solo te traería problemas, y además, de a poco te iras acordando. Tú solo debes preocuparte de volver a tu mundo, lo cual tampoco es fácil. No es mucho lo que te puedo ayudar, pero te diré lo que tienes que hacer. Cuando salgas de aquí veras la gran estrella roja, debes seguir ese camino hasta el puerto, ahí debes conseguir que te lleven hasta el planeta azul, en donde debes hallar la puerta de Myra, que se encuentra en la montaña del colmillo negro. No será fácil llegar ahí, pero es la única forma que tienes de salir de este mundo.
- Pero, esas indicaciones son muy pocas, como se supone que sabré como llegar a cada parte.
- No te preocupes, no estarás solo, te ayudaran, y de a poco sabrás que es lo que tienes que hacer.
- Y porqué no me dices que es lo tengo que hacer ahora. – gritaba enojado.
- No te enojes conmigo, yo no inventé esto, fuiste tú. Solo procura cumplir con lo que prometiste
- No entiendo, ¿que debo hacer? – decía afligido el hombre
- Ya comprenderás todo, ahora debes irte.

Y antes de que pudiera decir algo un agujero se abrió a sus pies, tragándoselo.
Caía por un túnel rápidamente sin ver la salida. Cuando de un golpe se vio volando por los aires. Debajo de él se encontraba la criatura que se lo había tragado. Desde aquella altura podía ver todo. Pero un terror lo dominó cuando vio que se dirigía directo hacia unas rocas en la cima de la cascada.




PsichoBitE

1 comentarios:

Lorges dijo...

quede con gusto poco al final.....