El sol en tus ojos.



 El como había terminado así, él no estaba muy seguro. Un simple encuentro en la calle con una vieja amiga que no veía hace mas de 13 años, luego un café, una conversación, recordar cosas viejas y cosas mas nuevas de sus vidas. Ahora ella se encontraba en su departamento frente a él con sus labios fundidos en los suyos en un beso que esperó mucho tiempo para hacerse realidad.
Él la tomó de los hombros y la alejó. – ¿Que se supone que significa esto?- preguntó, aun sabiendo que se arrepentiría de hacerlo.
- Nada, solo me dejé llevar por el momento, pensé que podría pasar la noche aquí junto a tu compañía. – la mirada de ella estaba fija al piso, a la mesa, al techo, a los vasos de whisky que quedaron servidos en la mesa, pero nunca en los ojos de él.
Suspiró, se alejó un poco mas, la vio fijamente, era todo lo que podría desear en ese momento, un viejo amor frente a sus ojos. Acercó  gentilmente su mano para acariciarle el rostro tiernamente. Como extrañaba aquella suave piel color canela, le movió su fino cabello para dejar su rostro al descubierto, siempre le encanto aquel pelo, el que ahora llevaba más corto que cuando joven. Levantó el rostro de ella para que sus ojos se encontraran, él sucumbió en aquella mirada, en esos negros ojos que lo hicieron sentir como en un mar oscuro sin fondo alguno, muy distinto a lo que sentía antes. Sus ojos de unieron y conectaron como si chocaran dos estrellas y él de dijo: al ver tú rostro es como si la mujer que esta frente a mi fuera nada mas que la misma niña que conocí antes, pero se que no es así. En tus ojos veo los de alguien más y eso me duele, no puedo simplemente actuar por instintos y dejarme llevar. Hubo un tiempo en que te quise más que cualquier otra cosa, que estés ahora aquí solo hace que esas cosas se revuelvan en su caja en algún lugar donde las guardé. No es que te desee menos de lo que te deseaba entonces, pero ahora en este momento no puedo ver en tus ojos el sol que iluminaba un camino que siempre quise recorrer a tu lado, en ellos no hay un lugar para mí. Y tu lo sabes bien, que el día de mañana talvez solo sea un error de una noche, y no quiero transformarse en eso en tu vida. Creo que deberías ir a tu hogar y pensar mejor las cosas, solucionar tus problemas. Si el día de mañana cuando te vuelva a encontrar y pueda ver de nuevo ese camino que ilumine mi alma, solo si tú quieres, entonces puedes pasar la noche aquí y todos los días que quieras hasta que se acabe nuestro mundo. La próxima vez quiero volver a ver el sol en tus ojos.
Y con esas palabras ella entendió y se marchó. Él vio la puerta cerrarse frente suyo mientras el último aire de su aroma se desvanecía en el aire. Agarró el vaso de whisky que quedaba en la mesa, tomó un sorbo y lanzo el resto del vaso contra la pared. Esa noche durmió solo como todas, mientras la última lágrima de licor recorría su garganta.


PsichoBitE

LLuvia



Hay días en que la lluvia no es mas que las lagrimas de aquellas personas que no pueden llorar, ellas salen a las calles alzando sus miradas al cielo para sentir las lagrimas correr por sus tristes rostros e inundar sus vacías almas.